Marcelo Alarcón, investigador del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) y académico de UTalca.
El sistema inmunológico es una red de diferentes órganos, entre ellas podemos mencionar las células como los glóbulos blancos y tejidos que trabajan en conjunto.
Este sistema es fundamental, dado que la principal función es proteger nuestro cuerpo de invasores externos tales como bacterias, virus, hongos o toxinas. En este sentido, existen recomendaciones para fortalecer nuestro sistema inmunológico tanto para público general como para las personas mayores.
Entre las sugerencias se encuentra: comer saludable, estar físicamente activo, dormir lo suficiente e hidratarse. Hacer ejercicio entre 30 a 60 minutos mejora la inmunidad y ayuda a manejar el estrés.
También consumir vegetales y en general alimentos con propiedades antioxidantes, así como aquellos ricos en vitamina C.
De esta manera podremos ayudar al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades.
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Mayor Salud – “Mejorar la condición física”
Jessica Espinoza, investigadora del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) y académica de UTalca.
Cuando hablamos de la condición física, nos referimos a la capacidad para realizar nuestras tareas diarias con vitalidad, mayor eficiencia y en forma segura. Al respecto, para mantener una buena condición física es importante una alimentación balanceada, de esta manera evitamos los cambios antropométricos como son la acumulación de grasa corporal u obesidad o la pérdida de masa muscular, por otro lado, es importante la calidad del sueño y el ejercicio físico que es fundamental.
Respecto a la actividad física, tiene que ser multimodal, es decir, que incluya todas las capacidades físicas motoras tales como, la flexibilidad y el estiramiento al inicio y final de la sesión de ejercicios.
Se debe incorporar la fuerza al menos 2 veces por semana progresando la carga, es decir ejercicios en que la persona tenga que vencer una resistencia que puede ser el propio peso corporal o resistencias externas como bandas o pesas. Es importante también incluir ejercicios de potencia muscular, es decir la capacidad de generar fuerza con velocidad por ejemplo levantarse y sentarse rápido de una silla la mayor cantidad de veces en un tiempo determinado (por ejemplo, en 30 segundos).
Además, ejercicios que incorporen la resistencia cardiorrespiratoria como caminar que es un ejercicio aeróbico, mínimo 30 minutos o 10 mil pasos diarios que es lo recomendable. Ejercicios de equilibrio, para evitar las caídas, por ejemplo sostener el cuerpo en punta de pies y luego talones con apoyo de una silla, progresando a ejercicio sin apoyo, o con un bastón y ejercicios de coordinación. Es importante también estimular la memoria con ejercicios simples como recordar qué comimos el día anterior al desayuno, almuerzo y cena, por ejemplo, o realizar los ejercicios físicos incorporando una tarea cognitiva como sumar y restar cierta cantidad.
Mientras antes se comience a realizar el ejercicio físico y cuidar los hábitos, mayor va a ser la reserva funcional para evitar un declive brusco de la condición física, por lo tanto mientras antes, mejor.
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Mayor Salud – “Enfermedades bucales en personas mayores”
Dra. Soraya León, investigadora del CIES y académica de la UTalca
Las enfermedades más prevalentes en las personas mayores son la caries dental, específicamente aquella que se ubica en la raíz del diente denominada caries radicular y las enfermedades de las encías o también llamadas periodontales.
Pero cómo mitigar estas afecciones bucales…
En el caso de la caries dental o caries radicular la principal causa es el azúcar, por lo tanto, es ideal disminuir el consumo de este producto en cantidades que no sean más allá de lo equivalente a 10 cucharaditas de té al día, además de consumir mucha agua en vez de líquidos azucarados o ácidos.
Por otra parte, en relación con las enfermedades de las encías, es muy importante no fumar y tener controladas las enfermedades sistémicas como es el caso de la diabetes.
Mantener los dientes sanos durante toda la vida, lo podemos lograr con estilos de vida saludables, es decir, alimentación sana, lo más natural posible, con mucho líquido, un cepillado o higiene bucal regular dos veces al día y controles con su odontólogo u odontóloga como mínimo una vez al año.
Además, el tener un estilo de vida saludable va a determinar un menor riesgo de presentar enfermedades sistémicas como, por ejemplo, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares muchas de las cuales tienen directa relación con la salud bucal.
Las enfermedades periodontales o de las encías están muy relacionadas con las enfermedades sistémicas. Por ejemplo, si no tenemos un buen control glicémico va a existir mayor inflamación de las encías, y viceversa, si no controlamos la inflamación de las encías, habrá un aumento en los valores de la glicemia, haciendo que la persona esté descompensada respecto a su diabetes. Por otro lado, el hábito del tabaco predispone a un mayor riesgo de presentar enfermedades de las encías y también de cáncer bucal, por ello es tan importante el dejar de fumar o evitar este hábito ya que no sólo afecta a la salud general, sino que también a la salud bucal.
Otro aspecto importante de mantener la salud de las encías es que se ha visto que cuando existe la enfermedad periodontal hay presencia de ciertos patógenos periodontales que se han relacionado con riesgo de Enfermedad de Alzheimer, por lo tanto, cuidar la salud de las encías sería un factor protector para dicha enfermedad. De igual forma, estos patógenos periodontales, para el caso de personas con dependencia severa o postrados, se ha visto que al no tener un aseo bucal se irían a las vías respiratorias produciendo neumonía por aspiración y por lo tanto, mayor riesgo de mortalidad. De ahí la importancia de enseñar a los cuidadores a realizar un cepillado bucal al menos 1 vez al día, utilizando un antimicrobiano como la clorhexidina, para prevenir el riesgo de mortalidad de estas personas a su cuidado.
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Mayor Salud – “Higiene dental y caries: Recomendaciones”
Dra. Soraya León, investigadora del CIES y académica de la UTalca
La higiene dental es el segundo peldaño de la salud bucal, después de una dieta saludable. Es necesaria ya que inevitablemente comemos alimentos procesados, por lo que no basta la autolimpieza que hace la propia saliva o los alimentos naturales al moverse por la boca.
Es aún más crucial en aquellas personas dependientes de un tercero para mantener la higiene.
Se ha evidenciado que personas que tienen compromiso funcional, que están dependientes severos o postrados, al no tener higiene bucal acumulan microorganismos asociados a las encías que les producen enfermedades, esto porque al no cepillarse la boca se tragan esos patógenos periodontales los que se van a los pulmones y vías respiratorias, lo que pueden producir a una neumonía por aspiración y por lo tanto la muerte.
Para realizar la higiene dental es ideal contar con un cepillo simple de mango recto cabezal pequeño y usar una pasta que contenga entre 1000 a 1500 ppm de flúor. En Chile nosotros contamos con productos que están en esos parámetros, entre 1.100 a 1,450 ppm de flúor.
A través de este compuesto remineralizamos las estructuras dentarias en el caso de que nuestra dieta contenga azúcares. Se recomienda como mínimo dos cepillados al día, uno en la mañana y otro en la noche, idealmente sin enjuagar la boca después del cepillado, solo escupir para así mantener el efecto del flúor, ya que no hay riesgo de ningún tipo de intoxicación.
Además, se debe usar higiene interproximal, eso puede ser con seda o hilo dental, y si hay mucha separación entre los dientes, la persona puede utilizar cepillos interproximales.
Para el caso de las personas que utilizan prótesis dentales removibles, es muy importante también mantenerlas higienizadas. Lo básico es retirarlas de la boca y limpiarlas al menos 2 veces al día utilizando un cepillo para prótesis (diseñado especialmente para un buen agarre manual) o en su defecto una escobilla para uñas de cerdas blandas u otro cepillo de dientes sólo para usarlo con las prótesis. Cepillarlas usando unas gotas de jabón líquido y enjuagarlas con agua. No se recomienda el uso de pastas dentales ya que tiene microabrasivos que rayan la superficie del acrílico de la prótesis. Además de esta limpieza mecánica de las prótesis, se deben higienizar al menos 1 vez a la semana con unas pastillas efervescentes en base a peróxidos de hidrógenos disponibles en el comercio. Se dejan en agua tibia junto a la pastilla por el tiempo indicado por el fabricante y posteriormente se enjuagan con agua antes de usarlas. Si no se cuenta con estas pastillas, se puede usar hipoclorito de sodio de uso doméstico para aseo, diluido en agua en una proporción de 9 partes de agua por 1 de hipoclorito). Además, es importante retirarse las prótesis en la noche al dormir para que los tejidos de la boca descansen.
Por último, no olvidar controlarse con su dentista al menos 1 vez al año, todo dependerá del riesgo de enfermedades bucales, donde podría realizarse controles cada 3 o 6 meses o hasta 1 año.
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